domingo, 11 de octubre de 2015

Por qué el grupo político Podemos se derrumba

Por: Álvaro Hernández (Director Todonoticias latinas)
Cuando empecé a involucrarme en los círculos de Podemos, al punto de convocar a amigos, oyentes y conocidos, me sorprendió el derroche de ilusión con que llegaba la gente. Reunión tras reunión fuimos repasando temas, soltando una que otra idea sobre el tema migratorio que se convertía en el eje vertebral de nuestra hoja de intenciones frente a una estructura política recién conformada. Sin embargo tropezamos de frente con las mañas de siempre. Y fue inevitable el tropezón para darme cuenta que los círculos no se hicieron para escuchar a la gente, sino para garantizar una coartada popular a la reciente formación que validara el discurso en la tarima y en los medios donde su plana mayor, no ahorraba calificativos para definir a esos círculos como la expresión auténtica de la democracia participativa. Y sí que era participativa, solo que a punta de trancones y palos en la rueda que tornaban extraño el ambiente y sentaban las primeras dudas sobre los propósitos de los círculos y de la propia formación liderada por Pablo Iglesias.

Si uno reivindicaba la participación como el motor genético de Podemos frente a los que llegaban amparados en la estructura, veía como tenían que ceder a escuchar ideas, propuestas y críticas que sin embargo intentaban atajar para no disgustar a los de arriba con quienes buscaban a toda costa congraciarse y tomarse la foto como los intérpretes de las aspiraciones de los de abajo. Ahora entiendo que la coyuntura en la que se conformaron los círculos fue más producto de la estrategia electoral que de la democracia participativa. Sometidos a la presión del tiempo, los recién creados círculos, se vieron envueltos en un proceso electoral interno a imagen y semejanza de sus creadores.

Con reglas del juego enredadas y cuestionables, legales pero poco democráticas, los amigos de la figuración se fueron acercando al paraguas de quienes veníamos haciendo trabajo en los parques y calles antes de que Podemos fuera siquiera una idea en discusión en la barra de algún bar de Lavapiés. Llegaron a manipularlo todo; a cooptarlo todo; a condicionarlo todo y a hacerse elegir por todos. Para la muestra el botón en que se convirtió el círculo Podemos de Ciudadanos Inmigrantes de Madrid. A todas las reuniones asistíamos no menos 50 personas, seguramente 45 de ellas latinoamericanas.

Sin embargo el día que llegó el momento de levantar el dedo de Pablo Iglesias para señalar los nombres de los que estarían en su lista a los órganos de organizativos del partido, curiosa y equivocadamente esa representación quedó en manos de personas no inmigrantes que, se supone, irían a defender los intereses de nosotros los inmigrantes. Sin propuestas, sin documentos, sin análisis, sin estudios, sin poder de convocatoria pero con un apetito enorme de figuración, allá fueron a parar sus nombres, a la lista del gran jefe que seguramente a esas alturas y en esas alturas en las que se encontraba, poco o nada sabía del disgusto que empezaba a brotar como maleza, no sólo en nuestro círculo, sino en decenas de otros círculos que se sentían burlados por la tergiversación de la idea y el escamoteo de la esencia democrática que se pregonaba a los cuatro vientos.

Pero con todo y eso decidimos mantenernos con ilusión y alegría. Fue tanta esa ilusión, que llegaron propuestas de todos lados para poner los medios y entrar de lleno en el engorroso proceso de abrir puntos de inscripción, dar de alta a la gente, validar sus documentos de identificación y votar los días señalados en medio de la maraña de pasos en que se convirtió ese proceso. En esa especie de democracia en la nube, difícil hasta para los alfabetizados informáticos, fueron muchos los que se quedaron con las ganas de apoyar porque la maquinaria de Podemos solo alcanzó para poner en marcha complejos instrumentos on-line.

Seguramente el excesivo celo de los padres de la criatura hizo que faltara voluntad para abrir casas, locales, parques y plazas para que se acercaran los que no entendían el proceso, los que no se manejaban bien en internet o los mayores a los que difícilmente imaginábamos recibiendo el mensaje con el código de votación. En nuestro caso particular como inmigrantes el proceso fue aún más crítico. Muchos DNI y la mayoría de Tarjetas de Residencia no fueron aceptadas por el sistema. Fueron muchos los votos que se dejaron de contabilizar y ante nuestra protesta, la respuesta fue que se tomarían los correctivos para la elección siguiente, correctivos que jamás se aplicaron.

Anoche, en La Sexta Noche, Juan Carlos Monedero sintetizó varias de las cosas que expreso hoy aquí. Le dijo en vivo a Iglesias que la estructura se había alejado de los círculos, que se habían abandonado los principios del 15-M, que se distanciaban cada vez más de las motivaciones que sacaron a miles de indignados a la calle y que tenía que haber mucho más implicación en temas como banca pública, autonomía de poderes, mujer o inmigración. Hoy es 11 de octubre y las elecciones generales son el 20 de diciembre. Apenas dos meses para que Podemos reconduzca su camino y para que reconquiste a personas que como yo, no llegamos con la pretensión de ser la representación de la inmigración por solo figurar, sino por poner de manifiesto un trabajo político de amplia trayectoria y pedagogía que en su momento Podemos desprecio.

TODO NOTICIAS es un programa que dirige y presenta el periodista Alvaro Hernández en la emisora de radio LA SUEGRA FM de Lunes a Viernes de 8 a 11 de la mañana.

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