martes, 4 de enero de 2011

Los inmigrantes ya no tienen interés en vivir en España

Rumanos, marroquíes, ecuatorianos, británicos, colombianos, italianos, búlgaros y chinos. El mapa de los extranjeros en España sigue teniendo una base nutrida por las nacionalidades habituales desde hace unos años. Sin embargo, los números indican que España ha dejado de ser el país imán para los inmigrantes, que ya no lo ven como el lugar de las oportunidades. Siguen llegando, pero cada vez con menos intensidad, sobre todo desde aquellos lugares que eran netamente exportadores de mano de obra.
Los últimos datos del Ministerio de Trabajo e Inmigración (a 30 de septiembre de 2010) revelan que en ese tercer trimestre sólo aumentaron en diez mil los extranjeros con tarjeta de residencia en vigor, una cifra que nadie hubiera aventurado hace sólo un par de años en pleno idilio migratorio.
El temor al paro
En total vivían en esa fecha en España (septiembre) 4.754.502 personas, lo que representa un crecimiento casi nulo del 0,22 por ciento respecto a junio y eso porque los extranjeros del régimen comunitario (de la UE, o de países que forman parte del acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo, además de Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza) aumentaron un 2,2 por ciento; en cambio, los del régimen general, es decir, los del resto de países, disminuyeron: un 1,67 por ciento menos (casi 41.000 menos) y un 6,5 por ciento menos a lo largo del año.
Aunque los datos de Trabajo no entran en ese tipo de análisis, parece claro que la altísima tasa de paro de nuestro país se ha convertido en la principal razón para que los inmigrantes ya no tengan interés por vivir entre nosotros: más de 600.000 inmigrantes están en el desempleo y como aspecto añadido para la preocupación, el Gobierno no ha aprobado aún el Reglamento de Extranjería, que debería haber estado listo para junio del año pasado.
Sin Reglamento
La nueva norma incluirá previsiblemente algún tipo de medida —el Ejecutivo se comprometió a ello— para que los extranjeros que se hayan quedado sin trabajo no caigan en la llamada irregularidad sobrevenida, es decir, pierdan sus autorizaciones de residencia por no tener empleo.
Mientras, los rumanos son el grupo de extranjeros que encabezan la lista de extranjeros (817.460 personas), seguidos por los marroquíes, con 728.234 (es uno de los colectivos más afectados por el desempleo con una tasa por encima del 40 por ciento) y los ecuatorianos (343.797). Se da la circunstancia de que estos últimos son, junto con los argentinos, los nacionales que más han reducido su presencia (un 17,32 por ciento menos respectivamente en un año, lo que supone un descenso de 72.008 autorizaciones de residencia).
Madrid, Cataluña, la Comunidad Valenciana y Andalucía agrupan al 63 por ciento de los extranjeros con tarjeta de residencia comunitarios, mientras que las mismas comunidades salvo la Comunidad Valenciana concentran al 56 por ciento de aquellos inmigrantes que proceden de terceros países. En cuanto a provincias, los comunitarios eligen Madrid mayoritariamente y los no comunitarios se deciden por Barcelona.
En cuanto a los motivos de estas autorizaciones de residencia hay un dato importante: casi un millón y medio de extranjeros pueden ya vivir en España indefinidamente y trabajar en las mismas condiciones que los españoles (residencia de larga duración). Este tipo de autorizaciones crecieron en casi 155.000 en un trimestre, mientras que las demás cayeron, lo que indica que se consolida la tendencia hacia situaciones de mayor estabilidad.
Publicado en ABC.ES

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