sábado, 22 de enero de 2011

Las mafias obligan a los inmigrantes a pagar 75 euros si quieren turno para renovar papeles

Las colas frente a la comisaría de Patraix se han convertido en una constante. Cientos de inmigrantes se agolpan cada día a las puertas de la oficina de Extranjería para renovar sus papeles. Algunos llegan en plena madrugada para asegurarse su sitio. Otros tienen que pagar por él. Las mafias cobran hasta 75 euros por guardar los turnos toda la noche.
Los miembros de estas redes establecen un sistema para organizar la cola y sacar beneficio de quienes no pueden pernoctar allí. «Hacen una lista, que es la que marca el orden. Ahí escriben los nombres de los que les han pagado y que regresan ya a primera hora de la mañana, cuando los policías dan los números. Esto pasa desde hace tiempo», lamenta Gerardo, un colombiano que ayer acudió a las instalaciones policiales para acompañar a su hija a recoger su permiso de residencia.
Carlos, un ecuatoriano de 40 años residente en Valencia desde hace seis, explica que se trata «de un grupo de tres o cuatro personas, que se ponen con sus coches enfrente de la comisaría, con cartones» y pasan la noche a la intemperie. «Los que van llegando luego, se apuntan detrás en la lista», denuncia.
José, que se marchó de Colombia rumbo a la Comunitat para labrarse un futuro mejor, se encontró «con estas redes» cuando acudió a la comisaría de Patraix hace casi un año. «Llegué a las once de la noche para amanecer allí y asegurarme mi sitio. Pero unos jóvenes me mostraron una lista en la que ya había 80 nombres. No lo entendía porque allí sólo había 10 o 12 personas».
Este inmigrante enfureció al enterarse de que allí se vendían números. «Me enfrenté a ellos y les dije que me pusieran en el lugar que ocupaba, iba a pasar allí toda la noche», recuerda.
Aunque no todos los que acuden a las oficinas de Patraix opinan igual. Una joven que ayer se acercó hasta el polígono Vara de Quart para prolongar su permiso de estudios defendió que cada uno se gana la vida como puede. «A mí no me parece tan mal lo que hacen. Por ejemplo, hay familias con niños pequeños que no pueden pasarse allí toda la noche con ellos ni dejarlos con nadie y pagan por ese sitio», manifestó.
«Se ha llegado a pagar 75 euros por un puesto», apuntó otro inmigrante que aprovechó para denunciar que, a veces, se concentran tantas personas «que no hay 'arrimadera'».
La de Patraix es la única comisaría de Valencia que tramita las autorizaciones y renovaciones de tarjetas de residencia de los no comunitarios. «Hay que madrugar mucho para conseguir uno de los cerca de 200 números que se dan todos los días. Si llegas después de las siete mañana, es ya casi imposible», aseguró otra inmigrante.
Pero la espera vale la pena. Al menos, eso significa que reúnen los requisitos para tramitar su tarjeta. Miles de extranjeros se han convertido en ilegales en los últimos meses tras no poder renovar sus papeles a causa de la crisis. Han perdido su residencia al no poder aportar un contrato de trabajo o porque no han cotizado el tiempo necesario.
Según los datos aportados ayer por el Ministerio de Trabajo e Inmigración, el número medio de afiliados extranjeros a la Seguridad Social en la Comunitat Valenciana descendió un 2% con respecto a diciembre de 2009.

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